Jose Costero, Estratega Urbano – Marzo 2025
La planificación estratégica urbana es una herramienta clave para mejorar la calidad de vida en nuestras ciudades y hacerlas más sostenibles, inclusivas, innovadoras y dinámicas. En una era de retos urbanos cada vez más complejos —como el cambio climático, la desigualdad social o la transformación económica—, un enfoque estratégico ayuda a alinear los esfuerzos colectivos hacia una visión compartida y a largo plazo para la ciudad.
¿Qué es la Planificación Estratégica Urbana?
La planificación estratégica urbana es un proceso destinado a definir una visión compartida para el futuro de una ciudad y establecer el camino para lograrla. A diferencia de la planificación física o de uso del suelo, no se limita al diseño urbano o a la regulación del zonificado. Integra dimensiones económicas, sociales y medioambientales. Como señala Fernández-Güell (2006), es una herramienta que ayuda a coordinar esfuerzos, movilizar recursos y crear sinergias entre los diferentes actores urbanos.
12 Aspectos Clave de la Planificación Estratégica Urbana
Quien trabaje en estrategia urbana probablemente se haya preguntado en algún momento:
¿Estamos siendo realmente estratégicos?
No es una pregunta sencilla. Sin embargo, basándome en mi experiencia, especialmente con CIDEU, considero que existen al menos 12 elementos clave que, cuando están presentes de forma conjunta, indican que una ciudad está planificando estratégicamente:
- Pensamiento a largo plazo.
La transformación urbana requiere tiempo. La planificación debe ir más allá de los ciclos políticos y anticipar tendencias futuras, sin dejar de atender las necesidades a corto y medio plazo. Las herramientas de prospectiva estratégica ayudan a reducir la incertidumbre mediante la exploración de escenarios futuros y el apoyo a la toma de decisiones proactiva. - Coordinación y alineación de estrategias, planes e intereses.
Para evitar esfuerzos fragmentados, la planificación debe garantizar la coherencia entre diferentes iniciativas y políticas urbanas. Las oficinas de planificación estratégica son útiles para conectar iniciativas dispersas, administraciones y actores, alineando sus intereses en torno a una visión común. - Gestión integrada y transversal.
Las ciudades funcionan como sistemas interconectados. Mejorar la movilidad, por ejemplo, implica considerar la cohesión social, la economía y el medio ambiente. Esto requiere profesionales capaces de conectar ideas entre disciplinas: estrategas urbanos formados en metodologías y herramientas de planificación estratégica. - Concentrar esfuerzos.
Con recursos limitados, es crucial enfocarse en las acciones más transformadoras, especialmente cuando se implementa el primer plan estratégico de una ciudad. Los proyectos iniciales deben ofrecer resultados visibles para mantener el impulso y la confianza en el proceso. Se priorizan los “quick wins” o victorias rápidas, de alto impacto y bajo coste. - Participación y gobernanza.
Involucrar a la ciudadanía y a los actores locales enriquece el análisis, fortalece la legitimidad y facilita la implementación. La gobernanza es un pilar central en cualquier proceso estratégico. Debe incluir a los actores clave y generar espacios de escucha, co-diseño y deliberación para construir una visión y un consenso compartidos. - Cooperación y colaboración.
Las ciudades no operan de forma aislada. Su desarrollo depende de la interacción con otros territorios y niveles de gobierno, así como con el sector privado y la sociedad civil. Uno de los principales objetivos de la planificación estratégica debe ser generar capital social y habilitar la acción colectiva. Las oficinas estratégicas deben promover una cultura de cooperación mediante la gestión basada en relaciones. - Proyectos estratégicos.
No se trata solo de establecer objetivos, sino de materializarlos a través de proyectos bien diseñados. Los proyectos estratégicos son los instrumentos principales para avanzar hacia el escenario deseado. La “incubación de proyectos” es una función central de las oficinas estratégicas, y la gestión basada en proyectos, una herramienta clave. - Alto impacto.
Los proyectos estratégicos deben generar resultados tangibles que mejoren la calidad de vida y transformen la ciudad. Si bien las victorias rápidas son importantes, también es necesario priorizar proyectos de gran impacto a largo plazo —a menudo grandes infraestructuras—, incluso si su ejecución supera el mandato de los gobiernos locales. - Construcción de consensos.
Los acuerdos entre actores permiten que la implementación sea más estable y sostenible más allá de los ciclos electorales. El consenso político y social es esencial para la continuidad. Los modelos de gobernanza y la gestión de relaciones son clave para facilitarlo. Los estrategas urbanos deben dominar técnicas de mediación y negociación. - Medición del progreso.
Sin indicadores claros, es imposible hacer seguimiento o corregir el rumbo con el tiempo. La evaluación periódica, junto con la flexibilidad y adaptabilidad, es una señal de buena planificación estratégica. Los observatorios urbanos son herramientas útiles para monitorizar el desarrollo y promover la transparencia, especialmente si son accesibles al público. - Inspiración y motivación.
Un proceso estratégico exitoso necesita que las personas crean en él y se sientan protagonistas. La comunicación estratégica es esencial para llegar a una audiencia amplia, transmitir valores positivos y mostrar resultados que mantengan el compromiso y el entusiasmo de los actores implicados. - Un marco de valores compartidos.
La planificación estratégica debe basarse en un conjunto de valores compartidos por todos los actores urbanos. Aunque varían según el contexto, marcos globales como la Agenda 2030 de la ONU y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ofrecen una guía valiosa y pueden servir como terreno común.
¿Por Qué es Importante la Planificación Estratégica para las Ciudades?
Los deseos son infinitos, pero los recursos son limitados. La planificación estratégica urbana ayuda a las ciudades a lograr más con menos. Al concentrar esfuerzos en proyectos de alto impacto, se obtienen mayores resultados con menos recursos. También reduce la frustración al ofrecer hojas de ruta claras y compartidas para la ciudadanía, los actores implicados y las administraciones.
Como señala Josep Maria Pascual i Esteve (1999), una estrategia urbana bien diseñada no solo mejora la eficiencia de las políticas, sino que también fortalece el capital social, fomenta la innovación y refuerza la identidad de la ciudad.
Conclusión
La planificación estratégica urbana tiene características distintivas que la diferencian de otros procesos de planificación. Ha demostrado ser una herramienta poderosa en un mundo cada vez más complejo y cambiante. Las ciudades que la aplican de forma efectiva tienden a ser más resilientes, cohesionadas y sostenibles. Pensar, planificar y actuar estratégicamente es esencial para construir el futuro urbano que aspiramos a alcanzar.
Referencias
- Fernández-Güell, J. M. (2006). Planificación Estratégica de Ciudades: Nuevas Herramientas y Enfoques. Editorial Reverté.
- Pascual i Esteve, J. M. (1999). La Estrategia de Ciudades: Los Planes Estratégicos como Herramientas – Métodos, Técnicas y Buenas Prácticas. Diputació de Barcelona.